Lo nuestro es el Criollo

 

José Luis Canelón Pérez

 

Cátedra Libre Caballo Criollo Venezolano.

 

Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado”

 

serviequinos@gmail.com 

 

 

 

Artículo de Opinión

 

 

 

Resumen

 

Se presenta un artículo reflexivo sobre nuestro caballo criollo y su importancia en nuestras vidas y nuestras actividades.

 

Palabras clave: Opinión, caballo criollo, cátedra libre.

 

 

 

Summary
A thoughtful article about our Creole horse and its importance in our lives and our activities is presented.

 

Keywords: Opinion, creole horse, free chair .

 

 

 

A las 5 de la mañana el Llanero ya esta ensillando su caballo, el que lo acompañara en la faena del día: recorrer grandes distancias sabaneras, enlazar algún que otro matrero alzado, revisar los becerros y las vacas.

 

 

Este hombre, con su pantalón arremangado, su sombrero, su cobija, con alpargatas o descalzo, sus espuelas, ensilla y monta después de tomar el cafecito mañanero. Su montura: un caballo rucio, castaño, alazán, bayo, pinto, amarillo o de otro pelaje, es un caballo criollo.

 

 

Lo amansó a lo bravo, como lo enseñó su abuelo, tapaojos, manea, chaparro y sabana, por eso, aún conserva cierta picardía y resabio. Pero lo conoce y sabe cómo llevarse bien con él. Lo agarró del potrero, enlazado, donde pasó la noche comiendo pasto, su único alimento cuando hay forraje en el campo,

 

 

porque en el verano no hay mucho verde, tal vez alguna fruta o semilla de los árboles y abrojos. Nunca recibe ración de alimento del que llaman concentrado, por eso es sobrio.

 

 

  El hombre se llevó su avío, para comer más tarde, él no podrá comer, tendrá el filete del freno todo el tiempo en la boca, tal vez beba agua si se lo permite. Aunque su tamaño no es muy grande, lleva encima la silla, la soga, la cobija y el jinete, este puede desmontar, pero nunca le quitará la silla o le aflojara la cincha. A veces, amarrado a un árbol o al alambre de una cerca, soporta el sol inclemente o la lluvia copiosa del llano. Por eso es rústico.

 

 

  Regresan de la faena después de una cuantas horas, en la tarde, su agradecido jinete lo desensilla y le echa uno o dos baldes de agua en el cuerpo para refrescarlo y como signo de su cariño, luego lo suelta de nuevo al potrero, para que coma algo hasta la madrugada siguiente, donde empezará todo otra vez.

 

 

  Uno de esos días, observó que los cascos de su criollo, que nunca usan herraduras, necesitaban algún recorte, colocó su pata encima de un tronco que hizo  las veces de mesa, sacó su peinilla o su machete y con un mazo de madera lo golpeó, eliminando el poco exceso de crecimiento que tenía el casco. Este es el mantenimiento podal que ocasionalmente recibe el caballo criollo venezolano.

 

 

  Uds. se preguntaran, como puede un caballo con tan poco cuido y comida, expuesto a un ambiente difícil, donde abundan los parásitos y enfermedades que pueden afectar seriamente su salud, continuar prestando un servicio tan útil en la ganadería de carne del país.

 

 

  La respuesta es sencilla, al menos cuatrocientos años de adaptación. El Caballo Criollo Venezolano es el descendiente de los caballos Españoles, traídos por los conquistadores y colonos, que se ha mantenido sin cruzamiento con otras razas llegadas al país en fechas posteriores.

 

 

  Desde su origen fue sometido a una selección, al venir en barcos, recuérdese las Carabelas de Cristóbal Colón, se sometían a un cambio de alimentación y al tener un estómago delicado, muchos morían en la travesía desde España. Luego al llegar a estas tierras, también sufre el impacto de un cambio de clima y de agentes patógenos, por lo que también mueren algunos. Los sobrevivientes se han adaptado a nuestras condiciones y conforman una raza especial y única con una diversidad genética propia, sumamente valiosa desde el punto de vista de la biodiversidad nacional y mundial.

 

 

  Esta es la razón fundamental por la que el Caballo Criollo Venezolano (CCV) debe ser conservado, siendo una vía para ello, convertirlo en nuestra primera raza equina venezolana.

 

 

  Los precursores del movimiento de conservación, actuaron tan lejos como en 1946, los nombres de Raúl de Armas, José Giacopini Zárraga, Eduardo Larrazábal y otras personalidades, suenan como los pioneros en este sentido, aunque sus esfuerzos no lograron el objetivo, abrieron un camino para los que vinimos después y aún perseguimos su mismo objetivo.

 

 

  El 17 de Octubre del año 2000, se inaugura la Cátedra Libre para el Estudio y la Conservación del Caballo Criollo Venezolano, en la Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado” teniendo como Fundador y Coordinador General, quién escribe.

 

 

Con el concurso de muchas personas y básicamente, con estudiantes de Medicina Veterinaria de la UCLA y de otras Universidades, la Cátedra lleva adelante gran parte de la caracterización del CCV, necesaria para su reconocimiento como raza. Estudios morfométricos, fenotípicos, genéticos, productivos, metabólicos, y sanitarios, se han llevado a cabo con la colaboración de Hatos Ganaderos como: Hato El Frío, Hato Los Camorucos, Hato Mata e’ Yuca, Hato Sta. María, Hato Palmeras y Punta de Mata.

 

 

La Cátedra también ha llevado a cabo un gran trabajo de difusión, tanto a nivel nacional con las Jornadas “Dr. José Giacopini Zárraga”, que ha alcanzado su quinta edición, palestra de presentación de investigaciones Nacionales e Internacionales, internacional como en los Simposios de la red Conbiand y otros escenarios de diferentes países a donde hemos sido invitado.

 

 

Los que conocen el Llano notarán que mi descripción del hombre trabajador de un hato, no se corresponde con el actual, la vestimenta se ha cambiado, muy pocos montan descalzos, usan botas, blue jeans y franelas con el Rif de la ganadería. La descripción inicial del llanero es a propósito, porque él ha cambiado, pero nuestro  caballo sigue siendo el mismo y el trato que se le propina muy parecido. 

 

 

La Cátedra Libre para el Estudio y la Conservación del Caballo Criollo Venezolano de la UCLA, aspira continuar con sus objetivos hasta lograr que el Ejecutivo Nacional decrete a nuestro caballo como la primera raza equina venezolana.

 

 

Depósito Legal: ppi201102LA3870

ISSN: 2244 - 7733

 

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