La Ecoeducación como herramienta de apoyo en la Prevención de Encefalitis Equina Venezolana

 

 

 

 

 

 

 

Milva Janeth Javitt-Jiménez

 

 Departamento de Medicina Preventiva y Social

 

 Decanato de Ciencias de la Salud UCLA

 

 milvajavitt@ucla.edu.ve

 

 

 

 

 

 

 

Artículo tipo Ensayo

 

 

 

 

 

Resumen

 

 

 

Se presenta un ensayo que busca ilustrar al lector sobre la existencia de la Ecoeducación como herramienta de las ciencias sociales aplicable a las ciencias de la salud; con miras a sensibilizar a poblaciones específicas para alcanzar cambios actitudinales necesarios que permitan mejorar sus condiciones de vida y reducir factores que contribuyan al establecimiento y diseminación de enfermedades zoonóticas, como apoyo específicamente en la prevención de la Encefalitis Equina Venezolana (EEV).

 

 

 

Palabras Clave: Ecoeducación, Prevención, EEV.

 

 

 

Abstrac

 

 

 

An essay is presented that seeks to illustrate to the reader the existence of Ecoeducation as a tool of the social sciences applicable to the health sciences; with a view to sensitize specific populations for life and reduce the factors that contribute to the establishment and disease of zoonotic diseases, as specific support in the prevention of Venezuelan Equine Encephalitis (VEE).

 

 

 

Keywords: Ecoeducation, Prevention, VEE.

 

  

 

La salud y sus determinantes

 

 

 

  La salud puede tener muchas definiciones, sin embargo, generalmente hacemos referencia a lo establecido por la Organización Mundial de la salud, en el preámbulo de su constitución sostiene que no es solo la ausencia de enfermedad, sino un completo estado de bienestar físico, mental y social (OMS 1949), Lebel (2003) va más allá, y la define como una participación armónica en los recursos del medio ambiente, que permite a los individuos el desarrollo pleno de sus funciones y aptitudes; por lo que se entiende que existen múltiples factores que pueden influir en la salud, tanto individual como colectiva, al respecto Rodríguez (2008) afirma que La salud es el resultado de la confluencia de diversos factores individuales, económicos, sociales y culturales que confluyen y determinan los perfiles de salud/enfermedad.

 

 

 

  Por su complejidad, agrega Ávila-Agüero (2009) sobre la salud actúan diversos determinantes o factores, que deben ser considerados dentro del concepto de salud. Están relacionados con aspectos tan variados como lo son los biológicos, hereditarios, personales, familiares, sociales, ambientales, alimenticios, económicos, laborales, culturales, de valores, educativos, sanitarios y religiosos. Estos factores influyentes conocidos desde los años 70 como “determinantes” han sido objeto de estudio con la finalidad de lograr su reducción, un ejemplo de ello es el modelo holístico de Laframbroise (1973), desarrollado por Lalonde (1974), que clasifica los determinantes de la salud en cuatro grandes grupos o campos: (a) la biología humana, (b) el medio ambiente, (c) los hábitos o estilos de vida y (d) la organización de los servicios de salud.

 

 

 

  En este modelo de determinantes, explican Caballero y colaboradoras (2012), la biología humana engloba todos los aspectos que influyen en la salud, que tienen su origen en el propio individuo y dependen de la estructura biológica y de la constitución orgánica del individuo; el medio ambiente incluye todos aquellos factores externos al cuerpo humano y sobre los cuales la persona tiene poco o ningún control; los hábitos o estilos de vida representan el conjunto de decisiones que toma el individuo con respecto a su salud y sobre las cuales ejerce un cierto grado de control, y la organización de la asistencia sanitaria, que consiste en la cantidad, calidad, orden, índole y relaciones entre las personas y los recursos en la prestación de la atención de salud.

 

 

 

  Dicho modelo se menciona que las personas tienen poco o ningún control sobre los factores ambientales, sin embargo tanto la OPS (1993) como el mismo Laframbroise (1973) incluyen en este aspecto la contaminación física, química, biológica, psicosocial y sociocultural que son claramente consecuencia de la acción humana; además ya en la convención en Ottawa se ofrece la siguiente definición de salud: “grado en que un individuo o grupo es capaz, de identificar y realizar sus aspiraciones, de satisfacer sus necesidades y de cambiar o adaptarse al medio ambiente.”

 

 

 

  Al respecto, comenta Lebel (ob cit) la salud humana no se puede considerar aisladamente, depende enormemente de la calidad del ambiente en que la gente vive: para que la gente este sana se necesita un ambiente sano; a lo que la Organización Panamericana de la Salud agrega, “cuando el medio ambiente deja de satisfacer las necesidades básicas y al mismo tiempo presenta numerosos riesgos, la calidad de vida y la salud de las personas se ve muy afectada”.

 

 

 

  En este contexto, comenta la CEPAL (2001) aparecen tres procesos iniciales: la deforestación, el uso desequilibrado del suelo y la artificialización excesiva o inadecuada del ecosistema, que repercuten en el ambiente físico, y en una u otra medida en todos los individuos que cohabitan ese ambiente, pues como concluye la OMS (2016), el cambio climático influye en los determinantes sociales y medioambientales de la salud, a saber, un aire limpio, agua potable, alimentos suficientes y una vivienda segura, aspectos que influyen directamente en la salud de las personas, y también indirectamente al generar un grado de estrés que pueda afectar su estabilidad mental y sentimental, si se tiene en cuenta, como exponen Moreno y colaboradores (2010), la influencia en el entorno y en la creación de sus problemas de salud derivados de la relación entre el ambiente social y los factores personales.

 

 

 

  Precisamente el ambiente, como lugar de convivencia y de vida, tiene un papel determinante en la salud de las personas que viven en el, ya que es allí donde se desarrollan las actividades que condicionan la vida del individuo. En este sentido, el entorno, como espacio de relaciones y de actividad, y como espacio o soporte natural adaptado y modificado por el ser humano, marcan unas pautas que habilitan un modo de vida y de utilización del tiempo que no siempre favorecen el mayor bienestar y equilibrio de los individuos que en él conviven.

 

 

 

  De allí que se haga una propuesta de prevención basada en una educación naturalista, que tenga en cuenta la naturaleza, la respete y se valga de ella para ejercer su acción, con una actuación responsable hacia el ambiente y por el ambiente.

 

 

 

Promoción, prevención y educación para la Salud

 

 

 

  Para mejorar las condiciones de vida de todos es necesario reducir los factores que regulan los procesos de salud-enfermedad, por lo tanto es indispensable la integración cognitiva, normativa, gerencia y operativa entre los profesionales de la salud, a fin de cubrir todos los aspectos micro y macro ambientales relacionados, empleando además herramientas, técnicas e instrumentos para la atención integral de las necesidades y la optimización de recursos existentes.

 

 

 

  En este sentido, se entiende la educación para la salud, concebida como la promotora de cambios de conducta en los individuos, como una estrategia clave de la promoción de salud y la prevención de enfermedades; como afirman Vargas y colaboradores (2003), es fundamental como herramienta para el desarrollo de aptitudes personales y colectivas, que permita a las comunidades lograr una mayor autonomía y ejercer un mayor control sobre su salud, ya que la educación para la salud es cualquier combinación de oportunidades de aprendizaje encaminadas a facilitar la adopción voluntaria de comportamientos que mejoren o sirvan al sostenimiento de la salud.

 

 

 

  A estas propuestas se debe incorporar un nuevo enfoque que fue propuesto en la última conferencia realizada Helsinki en 2013: Salud en Todas las Políticas. Y ya que la salud está determinada por factores externos al ámbito sanitario, se deben atender las relacionadas con el ambiente, con la educación y con la investigación, a la vez de a hacer un llamado a los gobiernos para que avancen en estructuras, recursos y capacidades e incorporen la equidad en salud en sus agendas para apoyar la promoción de salud y la prevención de enfermedades como estrategia bandera.

 

 

 

  Como lo expresa la Organización Panamericana de la Salud (2012): la promoción de la salud, tiene una visión holística de la salud y puede definirse como el proceso que permite a las personas y a las comunidades mejorar y mantener su bienestar físico, mental y espiritual. Además contribuye y estimula la creatividad, productividad y satisfacción espiritual y las buenas relaciones entre las personas, y, por supuesto, vela por la paz; no es un asunto exclusivo del sector salud, ha estado estrechamente ligada a la prevención de la enfermedad y como medio susceptible para modificar los comportamientos identificados como factores de riesgo de determinadas enfermedades. (OPS, 1990).

 

 

 

  En este sentido, hay propuestas de organismos internacionales en torno a la promoción en las que se impone la necesidad de brindar una respuesta integral y articulada para reducir los factores de riesgo a través de la promoción de estilos de vida saludables que implican el cambio conductual de la población; tal es el caso del concepto de “One Health”, propuesto a comienzos de la década del año 2000 por la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OIE), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO) con el apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), de la Coordinación del Sistema de las Naciones Unidas para la Gripe (UNSIC) y del Banco Mundial, en el que plantean un enfoque intersectorial colaborativo para coordinar mejor las políticas sanitarias médicas y médico veterinarias a fin de abordar de manera integral la sanidad animal y la salud pública, a la par de asumir que la relación entre ambas no solo implica la necesidad de un cambio de conciencia sino también de la instauración de un nuevo paradigma de salud en función proteger la salud humana, la sanidad animal y el medioambiente; todo esto en concordancia en lo establecido en el Marco Operativo OIE-OMS para la Buena Gobernanza en la Interfaz Hombre-Animal (2014).

 

 

 

  Este concepto resume en pocas palabras la noción de que la salud humana y la sanidad animal son interdependientes y están vinculadas a los ecosistemas en los cuales coexisten. Surge con el objetivo de mantener a todos los actores mutuamente informados y actuar de manera concertada y enlazada con gestores de la salud pública para subrayar la toma de conciencia colectiva de la relación existente entre la calidad de vida de los individuos, el ambiente y la salud pública, propuesto por la Organización Mundial de Sanidad Animal (2009) en el Boletín Un Mundo, Una Salud.

 

 

 

Ecoeducación, una herramienta eficaz

 

 

 

  La ecoeducación surge de una propuesta hecha por Clark (1997) y Capra (1998), la cual definen como una estrategia exhaustiva para reestructurar la educación en diferentes aspectos que afirman el supuesto de que toda la vida en la Tierra es ecología por naturaleza y se manifiesta a través de la teoría de los sistemas vivientes, cuya misión no es sólo generar un respeto por los recursos naturales del planeta, es crear una conciencia que pueda actuar en términos de totalidad.

 

 

 

  La ecoeducación como alternativa pedagógica, agregan Jiménez y Rojas (2012), está asociada a los procesos educativos que pongan en práctica acciones de conservación, cuidado y protección del ambiente, dentro de esquemas de corresponsabilidad compartida entre los actores para fomentar la participación; es decir, representa una manera de integrar lo educativo con la ecología, ya que las personas influyen en el entorno y éste condiciona a su vez su modo de vida. Se trata entonces, según plantea Dimas-Sánchez y colaboradores (20017) de percibir que el ser humano no tiene únicamente unas necesidades específicas; por el contrario, esas necesidades van emergiendo en la vida misma, producto de la interacción con la naturaleza.

 

 

 

  En este sentido, el desarrollo de modelos más solidarios y amigables con el planeta y con el resto de sus habitantes comienza en cada uno, desde lo cotidiano, en la vida diaria, en nuestras relaciones, de allí la necesidad de fomentar cambios actitudinales hacia la protección del ambiente que nos rodea y el respeto por todos los individuos con quienes convivimos, pero no solo en este momento sino pensando en el futuro, en lo que dejamos; por ello es imprescindible que estas modificaciones sean asimiladas e internalizadas, para que puedan ser transferidas a nuevas generaciones y seamos ejemplo de interacción ambiental, sobre todo al hablar de enfermedades zoonóticas, aquellas que son capaces de afectar a los humanos y al resto de los animales por igual.

 

 

 

  De esta manera surge una propuesta que según lo aportado por Clark y colaboradores (1997) y Capra (1998), rompe con la visión tradicional de un conjunto de supuestos sobre “la naturaleza humana, la inteligencia, el pensamiento y el aprendizaje”, con una visión sistémica que  permite vislumbrar la importancia de la interacción constante de cada una de los componentes. Asegura Clark (1997) que la ecoeducación, se apoya en los principios organizacionales de los sistemas vivientes, los cuales proporcionan un marco conceptual integrador con el objeto de fomentar procesos educativos.

 

 

 

  La ecoeducación visualiza al mundo a través de los principios de organización fundamentales, éstos son:

 

 

 

· Interdependencia: relacionado a que todo depende de cada una de las partes y la suma de todas las partes conforman el todo,

 

 

 

· Sustentabilidad, referido a que cada integrante representa posibilidad de carga aprovechable y utilizable para la evolución y supervivencia de todos,

 

 

 

· Ciclos fluctuantes, que hace referencia al intercambio de información entre los miembros que permite la retroalimentación,

 

 

 

· Flujos de energía, que hace mención a que la información constituye el impulso de energía y de allí la importancia de que ésta sea verás,

 

 

 

· Compañerismo, entendido como el compromiso y la cooperación que debe haber entre los miembros y por último

 

 

 

· Coevolución, que indica que los cambios y resultados representan un proceso de crecimiento, desarrollo y aprendizaje para todos los miembros, y que la evolución es en conjunto.

 

 

 

  La propuesta de acciones basadas en estos principios pasa por el conocimiento de la enfermedad en particular, en cómo se distribuye y cuáles son los individuos susceptibles.

 

 

 

Encefalitis Equina Venezolana, aspectos epidemiológicos.

 

 

 

  La Encefalitis Equina Venezolana es definida por Mesa y colaboradores (2005) como una entidad zoonótica de origen viral, transmitida por mosquitos vectores, de amplia distribución geográfica, capaz de producir epidemias caracterizadas por el desarrollo de síndromes neurológicos al causar meningo - encefalomielitis en los équidos (equinos, asnales y mulares) y humanos afectados, con grados variables de morbilidad y letalidad.

 

 

 

  Para pensar en controlar la enfermedad de cualquier manera incluyendo acciones educativas, es necesario conocer la posibilidad de distribución del agente en nuestro ambiente y los factores que pueden influir en dicha distribución. Al respecto, Lord (1973) estudió la enfermedad desde 1938 hasta 1968 concluyendo que era posible que la enfermedad existiera desde antes de 1938 y presentado un mapa de distribución de la misma en la región.

 

 

 

  Lord además estudió las epidemias y epizootias ocurridas desde 1968 hasta 1972,  concluyendo que es necesario considerar a la EEV como si hubiera diferentes agentes víricos, hay un grupo de subtipos antigénicos que causan epizootias equinas, que algunas veces ocasionan también graves epidemias entre los humanos; otro grupo de subtipos menos vinculados antigénicamente, que parecen no causar brotes equinos y rara vez originan la enfermedad en los humanos; y aportando además un mapa de distribución de dichos eventos.

 

 

 

   Al ser los equinos el principal huésped de la enfermedad, y considerando que en América Latina existen vastas áreas donde los equinos son de sumo valor para el pueblo y las pérdidas de estos animales, al ocurrir una epizootia de EEV, constituye una seria amenaza a la economía; es necesario enfocar las acciones preventivas hacia éstos individuos por ser los más vulnerables, empleando la inmunización como primera acción a implementar por ser una enfermedad prevenible por vacuna; sin embargo, a pesar de haberse implementado programas de vacunación en masa, la EEV pareció extenderse sin dificultad a través de América Central.

 

 

 

   Por lo cual es importantes conocer los aspectos más relevantes de la enfermedad, lo que orientará las acciones a tomar.

 

 

 

 Acciones preventivas

 

  

 

  Si esto es así, puesto que la primera línea de ataque al agente está debilitada, entonces se debe enfocar la prevención en la incorporación de medidas adicionales que permitan lograr un mejor control de la enfermedad y del vector; pero estas acciones, para que puedan ser efectivas al mantenerse en el tiempo, deben ser incorporadas en nuestra rutina diaria sin que representen un sacrificio o incomodidad; es por ello que se propone ejecutar acciones apegadas a los principios de la ecoeducación que permitan,

 

 

 

   Además de la vacunación como principal medida preventiva, otra medida de gran valor para el control de las epizootias/epidemias consiste en prohibir el traslado de équidos, para evitar que la infección se propague a otras áreas.

 

 

 

   La vacunación parece ser efectiva, pues los caballos que habían sido vacunados se salvaron, pero poco fue el esfuerzo que se hizo para impedir la propagación de la enfermedad; sobre todo en la actualidad, cuando por boca de productores y propietarios no se cuenta con vacuna en el país desde hace más de tres años.

 

 

 

  Pero no debe bastar con eso, es necesario actuar sobre el vector para controlarlo y evitar su multiplicación, sobre todo al tratarse de enfermedades metaxénicas como Encefalitis Equina Venezolana. Se debe implementar una gestión medioambiental que evite la presencia de vectores y disminuya su población en diferentes hábitats, como:

 

 

 

¨ Evitar el acumulo de escombros, basura o cualquier material que represente un criadero potencial,

 

¨ Eliminar cualquier tipo de envase susceptible de llenarse de agua en caso de lluvia,

 

¨ Evitar debe mantener agua en macetas o botellas por períodos prolongados,

 

¨ Abatizar el agua contenida en depósitos grandes como tanques o pipas.

 

 

 

  De igual manera, dependiendo de la época del año es necesario también actuar sobre los individuos susceptibles, en este sentido nuestra propuesta va dirigida a un control de vectores de manera ecoamigable, respetando la ecología del espacio natural, sin alterar el ambiente; por medio del empleo de insecticidas de origen natural como el ajo, clavos de olor, hojas neem, eucalipto, citronela o lavanda.

 

 

 

  La mejor oportunidad para aplicar insecticidas es durante el apogeo del surgimiento de los mosquitos adultos y antes de que estos tengan tiempo de alimentarse sobre los caballos, o antes de que el virus cumpla su período de incubación extrínseca en los vectores.

 

 

 

  En las regiones donde hubo brotes de encefalitis equina venezolana, es muy importante establecer y mantener una vigilancia epidemiológica permanente. A tal efecto, los caballos son excelentes centinelas, que pueden dar la alarma para iniciar las actividades de prevención con la vacunación de los équidos y la reducción de la población de mosquitos. La vigilancia, prevención y control de las encefalitis equinas es una prioridad para la salud pública en todos los continentes, siendo eventos de especial seguimiento en las Américas.

 

 

 

  Con todas estas medidas lo que se busca es tener un país libre de EEV, que de acuerdo al código zoosanitario internacional de la OIE, se puede considerar que un país infectado de encefalomielitis equina venezolana está libre de la enfermedad cuando en el mismo:

 

 

 

  • La encefalomielitis equina venezolana es una enfermedad de declaración obligatoria y existe un sistema de vigilancia que permite examinar rápidamente cualquier sospecha de la enfermedad; las muestras tomadas son sometidas a exámenes de laboratorio que incluyen el aislamiento del virus
  • No se ha confirmado ningún caso de encefalomielitis equina venezolana durante los 2 últimos años
  • No se han importado équidos de países en los que se ha confirmado la presencia de la encefalomielitis equina venezolana durante los 2 últimos años.

 

 

 

Referencias

 

 

 

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